viernes, 10 de junio de 2022
“Las pérdidas derivadas de las rupturas de las cadenas de frío son considerables hoy en día: la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación estima que un tercio de los alimentos producidos en el mundo acaba en la basura, y el 40% de este desperdicio se produce en diferentes puntos de la cadena de suministro antes de llegar a las manos del consumidor”, explicó Eric Gómez, CEO de maxiaNET: El experto precisó que además de la pérdida económica que supone el desperdicio de productos por no garantizar las temperaturas adecuadas, también es crucial considerar el impacto en la marca si no consigue satisfacer la demanda del cliente o vende un producto dañado. “La falta de mantenimiento de la cadena de frío puede afectar a las propiedades organolépticas del producto y, en casos extremos, puede incluso provocar un riesgo para la salud de la población”, apuntó. Gomez explicó que la eficacia de las cadenas de suministro depende del movimiento y almacenamiento precisos de las mercancías, los insumos y las materias primas. “La gestión de la cadena de suministro es clave para el funcionamiento de las economías. Sin embargo, cuando se trata de la logística de alimentos y/o productos perecederos, cobra especial importancia”, indicó. En el caso de los alimentos perecederos cuya calidad y fecha de caducidad pueden verse afectadas por factores ambientales, la eficiencia logística de su cadena de suministro es especialmente significativa, ya que cualquier desviación puede provocar la pérdida del producto. “Por eso es imprescindible vigilar las cadenas de frío las 24 horas del día: cualquier desviación de los procedimientos estándar puede acarrear pérdidas para todos los implicados”, dijo. Por ello el directivo puntualizó que en maxiaNET han identificado algunas características básicas que distinguen a una cadena de frío eficiente: 1 Sistema de monitorización de la temperatura. En cualquier cadena de frío, debe haber al menos un sistema de monitorización de la temperatura disponible las 24 horas del día. Existen varios sistemas de monitorización de la temperatura, desde los más sencillos que miden las condiciones del aire en el interior del vehículo de transporte o del almacén hasta sistemas más complicados capaces de medir el cambio de tensión de una variación térmica. Para controlar el almacenamiento de mercancías sensibles, hay sistemas que utilizan sensores de infrarrojos para medir el impacto del calor corporal de los trabajadores en los productos manipulados. 2. Informe de pretemporada. Como parte de los procesos que deben documentarse durante las etapas de la cadena de frío, es esencial tener un registro del equipo utilizado (como el vehículo utilizado para transportar el producto) y su temperatura antes, durante y después de la entrega. Esta información ayudará a cumplir con el proceso adecuado requerido para cada producto, desde los que necesitan un enfriamiento inmediato hasta los que requieren un proceso de enfriamiento gradual o a intervalos. 3. Seguimiento por GPS. Las cadenas de frío de éxito también proporcionan un método de seguimiento por geolocalización capaz de informar de la ubicación en tiempo real de la mercancía. La tecnología GPS, en combinación con los sensores que proporcionan información térmica, puede ayudar a identificar el momento y el lugar exactos en los que se produce una desviación de la temperatura, alertando a los responsables del producto para que tomen medidas inmediatas y eviten daños en la mercancía. 4. Talento especializado. El capital humano cualificado es esencial para lograr la eficiencia en una cadena de frío. La experiencia es clave a la hora de guiar la cadena de suministro en periodos de adaptación y transformación derivados de los cambios en el contexto social o la aparición de innovaciones. Contar con profesionales de la cadena de frío es tan fundamental como implementar planes de formación continua y fomentar una cultura de colaboración y trabajo en equipo. 5. Cumplimiento de la normativa vigente. Existen normas relativas a la correcta manipulación de alimentos y bebidas congelados o refrigerados que las empresas de la cadena de frío deben cumplir. Además de la legislación local de cada país, existen algunos procedimientos estándar recomendados por organizaciones internacionales, como la certificación de Operador Económico Autorizado (OEA) y la norma ISO 28000, que se centra en la seguridad y la prevención de riesgos. “Aunque estos cinco puntos deberían ser un requisito estándar en una cadena de suministro, especialmente en una cadena de frío, no todos los proveedores cumplen con estos requisitos mínimos. De ahí la urgencia de avanzar en la formación. A medida que la demanda de servicio se hace más informada, los proveedores se verán obligados a disponer de las tecnologías necesarias y a cumplir la normativa establecida”, concluyó Eric Gomez.