viernes, 14 de noviembre de 2025

Por Lizbeth García, Content Manager de tudepa.com

La temporada de lluvias está acabando, es momento de cuidar tu patrimonio. Las goteras son uno de los problemas más comunes en cualquier vivienda, especialmente durante la época de fuertes precipitaciones. Aunque al principio parecen simples filtraciones, si no se atienden a tiempo pueden dañar plafones, paredes y estructuras, afectando directamente el valor y la seguridad del hogar. Repararlas correctamente no solo significa eliminar una molestia, sino también cuidar el patrimonio que tanto trabajo cuesta construir.
 
El primer paso para quitar una gotera es limpiar a fondo el área afectada. Es importante retirar polvo, hojas secas, basura y restos de impermeabilizante viejo para asegurar que los nuevos materiales se adhieran correctamente. Una superficie limpia y seca es esencial para lograr una reparación duradera. Después, se deben identificar las grietas o fisuras visibles y sellarlas con productos impermeables, como masillas acrílicas o de poliuretano, aplicando varias capas finas para reforzar la superficie.
 
El siguiente paso es aplicar el impermeabilizante, que puede ser líquido o en rollo. Los líquidos se extienden fácilmente con brocha o rodillo, mientras que los prefabricados se adhieren con calor y ofrecen una protección más robusta. Lo fundamental es cubrir toda el área del techo, no solo el punto donde apareció la gotera, ya que el agua siempre encuentra un nuevo camino si la protección es parcial. Después de la aplicación, se deben revisar los desagües y coladeras para evitar obstrucciones que generan acumulaciones de agua y nuevas filtraciones.
 
Identificar correctamente el origen de la gotera es clave para repararla de manera efectiva. Se recomienda una revisión visual de la azotea y los puntos críticos, como uniones con muros, domos o áreas cercanas a tuberías. Dentro de la vivienda, las manchas amarillentas o la pintura inflada en techos y muros suelen indicar filtraciones. También es importante diferenciar entre gotera, filtración y humedad por condensación: no todas las manchas de agua tienen la misma causa ni solución.
 
En cuanto a materiales, los selladores acrílicos, de poliuretano o asfálticos son indispensables, así como las membranas líquidas o los impermeabilizantes prefabricados. Complementar la reparación con pinturas o recubrimientos anti-humedad en paredes ayuda a mantener el interior en buen estado. Los errores más comunes al reparar goteras incluyen no limpiar adecuadamente la superficie, aplicar selladores sin atender el origen del problema o dejar pasar los años sin dar mantenimiento al impermeabilizante.
 
La prevención es la mejor herramienta. Revisar el techo antes de la temporada de lluvias, renovar el impermeabilizante según las recomendaciones del fabricante y limpiar periódicamente la azotea y las coladeras son prácticas que evitan filtraciones y gastos mayores. Sin embargo, cuando las goteras son recurrentes o existen daños estructurales, lo más recomendable es acudir a un especialista. Un trabajo profesional puede representar una inversión inicial mayor, pero garantiza una solución definitiva y protege la integridad del hogar.
 
Reparar una gotera a tiempo significa preservar el valor de la vivienda, mantener la seguridad de quienes la habitan y asegurar la durabilidad del inmueble. Y aunque existen soluciones efectivas para detener el agua, también vale la pena considerar que cuidar el patrimonio comienza desde la elección del lugar donde se vive. Elegir un hogar bien construido, con materiales de calidad y buena planeación, es la mejor forma de prevenir problemas como estos. Porque cuidar tu patrimonio también significa elegir el espacio ideal para ti y tu familia, donde cada temporada de lluvia sea una razón para disfrutar, no para preocuparse.